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ENSEÑAR CON PROYECTOS EDUCATIVOS

 En memoria de la enseñanza tradicional, una nueva enseñanza con proyectos
educativos


Por Rosario Corahua Paucar

11/12/2023

A lo largo de los años, la educación ha sido y es uno de los pilares fundamentales que sirven de guían en el desarrollo de las personas, gracias a la educación formamos individuos con valores e ideas, que buscan solucionar los problemas sociales, de ahí la importancia que los aprendizajes sean eficaces, y construyan sujetos capaces de hacer frente ante cualquier problema de la sociedad. 

Stephen Hawking, Albert Einsten, Thomas Alba y muchos científicos y profesionales quienes al haber profundizado en sus conocimientos, nos han podido explicar el mundo y nos han enseñarnos los teoremas y conceptos que hoy observamos en las diferentes enciclopedias. Este éxito es, sin duda uno de los logros más grandes, que motiva a nuestros jóvenes seguir un estudio riguroso; pero que con el pasar de los años y las nuevas características y aptitudes que exige el siglo XXI, nos conduce a preguntarnos: ¿Las nuevas conductas se adecuan a una enseñanza tradicional?, el modelo educativo impartido por el gobierno ¿es realmente adecuado?, ¿Cómo debemos educar a los jóvenes? A lo largo de los años, los gobiernos y las instituciones educativas han cambiado las diversas formas de educación, en consecuencia, estudiantes, padres y docentes han buscado respuestas a diversas preguntas, y a partir de estas dudas no aclaradas, surgieron frases confusas como: “Con los golpes aprendes” “A mí me educaron duramente y por eso soy una gran persona” “La educación hoy en día es un desastre”. Entonces, ¿Una enseñanza basada en el autoritarismo en donde el maestro es el experto en el que solo imparte conocimiento, es superior a la enseñanza en el que el estudiante es el protagonista de su aprendizaje? 

Einstein (1984) se refirió a la necesidad de cultivar en los jóvenes cualidades y aptitudes útiles para el bien común, además señaló que las grandes personas no se formaron gracias a lo que escuchan y dicen (repetición de teorías) sino más bien se refirió a que deben desarrollar trabajos específicos, que ahora llamamos actuaciones y producciones significativas o tareas concretas. Señalaba también que los trabajos a realizarse deben desarrollarse con libertad, sin imposiciones; es decir sin miedo a equivocarse, para que la curiosidad de cada persona se extienda y pueda lograr nuevos conocimientos. Este juicio ha sido castigado innumerables veces por muchos docentes a lo largo de los tiempos, porque cometer errores era un delito que muchas veces conducía a uno contra la pared, acción que solo trajo consecuencias negativas para el desarrollo personal de muchos estudiantes.

La forma tradicional de enseñanza en donde se observa la repetición de conocimientos, al maestro como el expositor de teorías y como el único evaluador, en donde prevalecía una comunicación vertical de docente - estudiante, siendo el diestro quien se ubica en la parte superior y el estudiante en la inferior, para Ballester (2002) quien citó a Gonzales (2000) no es nada más que impedir el desarrollo de las facultades que cada estudiante tiene (p. 17). De esta manera se limita el paso a la creatividad y por ende al pensamiento crítico. Este estilo de aprendizaje muchas veces lleva a que algunos estudiantes a preguntarse: ¿cuál es el beneficio de saber esto? En otras palabras, el estudiante no veía cosas significativas en su aprendizaje. De esta manera Einstein (1984) mencionaba que una escuela que intenta desarrollar las habilidades de los estudiantes utilizando el temor, la fuerza y la autoridad da paso a que el estudiante deje de confiar en sí mismo y por ende convertirse en un individuo manejable. Einstein, aunque no estudió los problemas de la educación, ofreció una solución para que los docentes sean artistas en su trabajo, desarrollenla capacidad de pensamiento profundo y de juicio independiente, como decía, si los alumnos dominan sus fundamentos teóricos y aprenden a gestionar los suyos propios de manera autónoma, en consecuencia encontraría su objetivo y por ende lograría el éxito.

La psicología educativa es una gran aliada que nos explica la importancia de desarrollar aprendizajes significativos en los estudiantes, en donde las enseñanzas perduran en el tiempo, es decir, cuando un estudiante termina la educación básica, olvida teorías y conceptos; pero las actitudes, aptitudes y el trabajo autónomo aún formarán parte de su vida y le será útil, pues desarrolló sus capacidades y competencias que le ayudaran a la resolución de problemas en cualquier ámbito de su vida.

Ausbel (2002) diseñó la teoría del aprendizaje, indicando que es un aprendizaje a largo plazo haciendo referencia al constructivismo en donde el alumno forma parte del proceso poniendo en juego el espacio, tiempo y contexto, que ayudaran a edificar sus conocimientos. Por otro lado Ballester (2002) menciona también que este aprendizaje inicia con el conocimiento previo del alumnado, al que hace referencia Ausbel, este punto es el inicio de la construcción del propio conocimiento que le ayudará al estudiante a producir un verídico aprendizaje que subsistirá y no será sometido al abandono.

Un aprendizaje significativo no funcionaría en esencia si el docente y el padre de familia no son guías del estudiante en el proceso; es decir, si el docente y el entorno del estudiante no aporta materiales suficientes (andamiajes) que ayuden a desarrollar sus habilidades, el estudiante no sabrá cómo realizar sus tareas; es así que hablamos de la teoría de los andamiajes de Vygotsky (1981), quien nos menciona que si brindamos al estudiante estrategias didácticas y recursos educativos en cooperación, pasaremos de un desarrollo real, a un desarrollo latente.

Vygotsky (1981) refiere que si un niño a partir de sus conocimientos, recibe el apoyo que requiere en las tareas encomendadas, tendrá un mejor rendimiento en sus aprendizajes, esta ayuda brindará al estudiante a reconocer el camino de cómo desarrollar la tarea; en consecuencia llegará a un progreso intelectual.

Teniendo en cuenta cómo se produce el aprendizaje significativo, y teniendo en cuenta el andamiaje que promueve el desarrollo de las capacidades de los alumnos, podemos hablar de programas educativos reales que combinan actividades interdisciplinares que desarrollan la capacidad de no ignorar la teoría como parte del proceso. Este desempeño no solo promueve el desempeño en la práctica, sino que también brinda satisfacción a los estudiantes y aumenta su autoestima a través de este comportamiento.

Kilpatrick (1951) nos brindó una forma de trabajar en proyectos educativos reales, de esta manera dividió el proyecto en cuatro tipos de trabajo de acuerdo con los objetivos deseados del proyecto: pensar en el producto a desarrollar, comprender el tema y disfrutar de la experiencia, habilidades de resolución de problemas para que los estudiantes mejoren la educación y resuelvan problemas desafiantes.

De esta manera, podemos permitir que el nuevo alumno del siglo XXI desarrolle la comprensión en lugar de repetir, como se hacía en una enseñanza tradicional en donde el estudiante transcribía, memorizaba y repetía conocimientos tal como se le presentaba. Hoy en día, esos conocimientos e información, lo podemos encontrar en cantidad y en diferentes medios, por lo que ya no es una preocupación hallarla, sino más bien clasificarla, y producirla, es ahí donde el estudiante como protagonista de su aprendizaje debe ser guiado por el maestro para gestionar su propio aprendizaje, frente a tanta información.

La educación es el arma más poderosa que nos libra de la ignorancia, por lo que merece ser de calidad, basada en teorías de aprendizajes significativos, brindando a los estudiantes tareas auténticas, guiadas por el docente, que promuevan el desarrollo de sus habilidades, aportando al desarrollo de sus competencias y a la vez motivando su aprendizaje, dejando atrás una enseñanza tradicional que solo ha formado receptores pasivos con habilidades de retención.



Referencias

Ausbel, D. (2002). Adquisición y retención del conocimiento. Una perspectiva cognitiva. Barcelona:

Paidós Ibérica.

Ballester, A. (2002). El aprendizaje significativo en la práctica. España: España.

Einstein, A. (1984). Mis creencias. Elaleph.

Gonzales, F. (2000). Una aportacion a la mejora de la calidad de la docencia universitaria.

Pamplona: Universidad punñiva de Navarra.

Kilpatrick, W. (1951). phylosophy of education. New York: The Macmillan Company.

Vygotsky, L. (1981). Pensamiento y lenguaje. Buenos Aires: Pléyade.

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